domingo, 12 de mayo de 2013

Capítulo 3 (La fortaleza misteriosa):

Ya había anochecido, Tai y Álex decidieron acampar en un bosque después de haber cenado algunas frutas que habían recogido anteriormente.




-Vaya es muy interesante tu historia Tai, yo en cambio nunca he estado aquí- Dijo ofreciéndole al castaño una sonrisa culpable, mientras se acomodaba en el suelo.

-No pasa nada…La verdad es que yo tampoco sé por qué nos han llamado, creía que ya había acabado todo- Se sentó a su lado y miró triste hacia abajo.

-¡No te preocupes Tai! Encontraremos a Vega y Dani y averiguaremos que está pasando- Sonrió.

-¡Tienes razón!- Tai había recuperado todo el ánimo -Vamos a dormir estoy rendido, hemos estado todo el día andando-.

-¡Buenas noches!- Dijo Álex acurrucándose cerca de un árbol.




Tai izo lo mismo y ambos se quedaron dormidos, mientras tanto, en otra parte del mundo digital dos muchachos habían echo una hoguera y habían frito algunos peces que habían pescado.




-O-Oye Dani…-Dijo Davis un poco entrecortado -¿Es que no me vas a dar ninguno?- Se atrevió a preguntar.




Dani le lanzó una mirada de odio que le dejó frío como el hielo.




-Quedamos en que cada uno pescaba su comida, si tu sólo has pescado un pez no es culpa mía y no tengo que sentirme responsable de ello- Dani volvió a comer sin ninguna contemplación.

-¡¿Por que te comportas de esta manera?!- Preguntó Davis enfurecido.

-Si encuentras alguna manera mejor de comportarme contigo me la dices- Bufó mientras le daba la espalda al castaño e intentaba dormirse.

-¡Pues si eso es lo que quieres no hablaremos! ¡Estoy harto!- Gritó Davis acostándose lejos de Dani.




La hoguera se quedó encendida y los dos se durmieron bajo la luz de la llama.




Otros dos muchachos continuaban despiertos , intentando averiguar el motivo de la construcción de a que misterioso castillo que se levantaba entre ellos, se encontraban a un extremo de la puerta que estaba abierta de par en par.




-¿No hay nadie dentro?- Preguntó Takato asomándose a la puerta.




Takuya le tapó la boca en un rápido movimiento.




-Ve con más cuidado Takato mira…-Susurró Takuya, señalando dos digimon que pasaban por la puerta a modo de guardia -Son poyomon-.

-¿Poyo que?- Preguntó Takato sorprendido, pero Takuya no le respondió al volver a esconderse contra la pared ya que se había dado cuenta de que ambos Poyomon habían mirado hacia ellos.

-Mierda…- Dijo Takuya en el tono más bajo que podía -¿Nos han visto?- Pero a Takato no le dio tiempo a responder ya que los poyomon se encontraban delante de ellos.

-¡Identificaos!- Gritaron con violencia a la vez con su adorable vocecita.




Takuya no pudo evitar esbozar una sonrisa de burla.




-¿Y que nos vais a hacer si no lo hacemos monadas?- Preguntó sonriendo tiernamente y pegándole golpecitos a uno de ellos en la cabeza.

-Takuya yo que tu no les provocaría- Dijo Takato con algo de miedo en sus palabras.

-¿Por qué lo dices? Si son una monada- Takuya volvió la vista de nuevo hacia los poyomon y se sorprendió demasiado -¡¿Se han multiplicado?!- chilló impresionado.

-¡Cogedles!- gritó enfurecido un de ellos.




Y una gran masa de poyomon se abalanzaron contra Takuya y Takato, atándoles y llevándoles encima de su cabeza.




-¡El resto buscad por todas partes! ¡Traed a todos los humanos que hayan en la zona!- Dijo otro de los poyomon llevándose a otro montón completo con ello.




-¡¿Pero de donde salen tantos?!- Preguntó Takato alucinado.

-¡De eso no es de lo que hay que preocuparse ahora! ¿A donde nos lleváis?- Takuya estaba alarmado y no se llevó ninguna respuesta por parte de los poyomon.




Tras un largo camino los dejaron en una celda.




-Esperad a las órdenes que toma nuestra reina…- Les dijo uno mientras cerraba de golpe la puerta.

-¡Eh volved aquí!- Gritó Takuya enfurecido.

-¿De verdad han podido con nosotros?- Se lamentó Takato.

-¡No digas tonterías nos han pillado desprevenidos!- Intentó engañarse Takuya mientras le sonreía a su compañero con heroicidad.

-Ya…- Takato miró incrédulo hacia otro lado.

-Que extraño- Takuya se sentó a un lado de la puerta de la celda mientras su rostro cambiaba a uno de preocupación -Los poyomon nunca se habían comportado de esta manera ¿Que les habrá pasado?-.

-Quien sabe…La única opción que nos queda es esperar- Suspiró Takato mientras se quedaba mirando melancólico las estrellas de una única ventana que estaba colocada en la celda.




Los poyomon llegaron a la zona del trono del palacio.




-Alteza hemos capturado a dos intrusos- Se arrodillaron a los pies del trono los poyomon.

-¿Intrusos?- Dijo con incredulidad una voz.

-Intrusos humanos- Acabaron de hablar los poyomon.

-¿Humanos?- La voz albergó algo de esperanza -¡Tenéis que llevarme con ellos, porfavor!-.

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